La hipertensión arterial (HTA) es una cuestión que nos
concierne a todos. Seguramente tengas algún familiar o cercano que padezca este
mal crónico, o como mínimo, alguna vez habrás escuchado hablar de esta
enfermedad silenciosa que tantos problemas está causando. Se estima que en el mundo existen
unos mil millones de personas afectados por la hipertensión
arterial. En España existen más de 14 millones de personas con hipertensión, de
esta cantidad, alrededor de unos 4 millones están sin
diagnosticar actualmente.
Como una breve definición de la HTA, podríamos decir que se trata de un
trastorno en el que los vasos sanguíneos tienen una tensión persistentemente
alta, lo que puede dañarlos. Cuanto más alta sea la tensión, más esfuerzo tiene
que realizar el corazón para bombear sangre a las diferentes partes de nuestro organismo.
Afortunadamente o no, hay enfermedades o aspectos de la salud que vienen
determinados por un número, un punto de corte. Hasta 1993, se consideraba que
una persona tenía una tensión arterial alta, si sus registros eran de 160/95. A
partir de ese año se endurecieron los criterios, bastaba con que fuera mayor de
140/90. Así, de la noche a la mañana, millones de personas que se acostaron sanas
amanecieron hipertensas. ¿Por qué definieron la HTA a
partir de estas cifras? Estas cifras se decidieron debido a que es a partir de
140/90 cuando duplicamos el riesgo de tener un evento cardio o cerebrovascular.
Hoy en día podemos escuchar muchas personas decir que son
hipertensas, pero etiquetar a una persona como hipertensa es mucho más serio de
lo que la gente supone, ya que se trata de una enfermedad para toda la vida,
con los consecuentes efectos adversos relacionados con la medicación y el coste
económico de esta. Para hacer un diagnóstico correcto de la HTA es importante
empezar a medirla a partir de los 18
años, si la TA es inferior a 120/80 (valores óptimos de TA), será suficiente
con medirla cada dos años, mientras que si la TA está entre 120/80 – 139/89,
tendremos que medirla cada año.
¿Cuántas mediciones realizamos? Para un diagnóstico
correcto de HTA, hay que hacer varias mediciones y constatar que
realmente existen cifras altas de presión arterial, además, si se va a medir
con un aparato automático, es importante que esté debidamente calibrado y
validado. Los valores deben ser fiables, por lo
que no es suficiente con una sola medida hecha en la consulta, lo que hacemos es medir la TA y si es mayor
de 140/90, hacemos una segunda medición. Si vemos mucha diferencia entre la
primera y segunda medición, podemos tomar una tercera. La más baja de estas dos
últimas mediciones es la TA en clínica. Si la TA en clínica es mayor de 140 y/o
90, tendremos que recurrir a medidas fuera de consulta (bien con automedida o
bien con registro de 24 horas). Como mínimo deben realizarse 12 – 14 mediciones,
unas dos al día durante una semana, y es mejor si llevamos a cabo una por la
mañana y otra por la tarde o por la noche. Esto es fundamental para asegurar el diagnóstico
certero de HTA (en EEUU pueden demandar al médico si hace un falso diagnóstico
de HTA por las repercusiones que esto tiene en la vida del paciente: cuota del
seguro de salud, limitaciones laborales, medicación innecesaria).
¿A partir de qué cifra está
claro que hay que tratar al paciente? Por encima de 160/100 hay que tratar al
paciente independientemente de su edad o factores de riesgo, con medidas farmacológicas
y no farmacológicas (ejercicio, dieta, reducción de la ingesta de sal). Por
encima de 140/90, si se trata de individuos de alto riesgo (tienen ya
enfermedad cardiovascular, enfermedad renal, diabetes mellitus con
microalbuminuria, etc.), hay que tratar inmediatamente con medidas
farmacológicas y no farmacológicas. Pero si es de bajo riesgo, intentamos
controlar la HTA con medidas no farmacológicas ya que las farmacológicas no
mejoran la mortalidad ni la calidad de vida, tal y como reveló un estudio de
2010 de la organización Cochrane. Si tras 3-6 meses no se ha conseguido
controlar la TA, hay que añadir medidas farmacológicas a las medidas no
farmacológicas. Por lo que como vemos, no se trata únicamente de dar fármacos,
sino de constatar previamente que estos pacientes realmente los necesitan y van
a mejorar su calidad de vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario