miércoles, 27 de julio de 2016

¿SON SEGURAS LAS INTERVENCIONES QUIRÚRGICAS DE LA COLUMNA CERVICAL?

Hoy en día existe un nivel de desconfianza y ansiedad elevado en relación a las intervenciones quirúrgicas de la columna cervical, este temor no sólo se percibe entre los pacientes candidatos a este tipo de cirugía, sino también en la población general.El origen de esta desconfianza podría ser consecuencia de las complicaciones observadas en pacientes sometidos a este tipo de intervenciones, que si bien, son muy poco frecuentes, en el pasado tenían lugar en un porcentaje mayor y además, se trataban de complicaciones bastante limitantes y con una importante repercusión en la calidad de vida. A estos factores hay que añadir la ansiedad que siempre hace acto de presencia en mayor o menor grado ante la proximidad de una intervención quirúrgica.
El abordaje de la columna cervical es un proceso delicado dentro del campo de la neurocirugía, ya que supone operar una zona en contacto con tejido nervioso. El acceso a la columna se realiza través de los músculos que rodean al cuello, anteriores o posteriores, y consiste en liberan los nervios, las raíces nerviosas o la propia médula espinal de la presión.



El desarrollo en la medidas de prevención antes, durante y tras la cirugía, ha supuesto un enorme avance en la seguridad de este tipo de intervenciones, así como los materiales actualmente utilizados, todos ellos cumplen las normas de la ISO para ser implantados en humanos.
Otro de los avances actuales, reside en disminuir la agresividad de la cirugía mediante técnicas mínimamente invasivas. La incorporación del microscopio neuroquirúrgico en la cirugía ha sido un elemento esencial y fundamental en la microcirugía de la columna, mejorando notablemente los resultados obtenidos.

La enfermedad de la columna cervical es generalmente causada por la herniación de los discos intervertebrales,una de las enfermedades neuroquirúrgicas más frecuentes, debida probablemente a los hábitos de la civilización moderna,cada vez más sedentaria y a los traumatismos por accidentes de tráfico. También, se pueden producir por el crecimiento anormal de prominencias óseas sobre los cuerpos intervertebrales (osteofitos), los cuales comprimen los nervios espinales, o por estrechamiento de la columna cervical alrededor de la médula espinal.

La mayoría de los episodios de dolor en los brazos a causa de una hernia discal cervical, se resuelven dentro de un período que abarca desde unas pocas semanas a un par de meses. Sin embargo, si el dolor se mantiene por más de 6 a 12 semanas o si el dolor y la discapacidad que causa son severos, es posible que la cirugía de columna vertebral sea una opción razonable.
La intervención se practica mientras el paciente está profundamente dormido y sin sentir dolor (bajo anestesia general). Se puede hacer una incisión bien sea en la parte posterior del cuello o en la parte anterior del cuello, dependiendo de la localización del problema.




En ocasiones se reseca (extirpa) el disco intervertebral, los osteofitos o algunos trozos de la propia vértebra. Tras liberar los nervios y/o la médula espinal, en algunos casos es necesario mantener más estable la columna (fijar) con placas, tornillos e injertos óseos o de otro material compatible con el organismo.
Hay diferentes opciones en el tratamiento quirúrgico que su cirujano le ofrecerá en función de sus condiciones, síntomas y localización de la lesión:

Foraminotomía: se abre el agujero por el que sale el nervio y que está comprimido, liberando la presión que hay sobre él.
Laminectomía :la lámina es la parte de hueso que cubre la parte posterior del canal espinal, protegiendo las estructuras neurales y la médula espinal. Cuando estos están comprimidos una laminectomía extirpa parte o toda la lámina, dejando libre la médula espinal.
Discectomía cervical anterior y fusión: este es el método más común entre los cirujanos de columna para la mayoría de los casos de hernia de disco cervical. A través de esta cirugía, el disco es eliminado a través de una pequeña incisión de una pulgada que se realiza en la parte frontal del cuello. Después de retirado el disco, el espacio del disco se fusiona .Es posible colocar una placa en la parte frontal del injerto para una mayor estabilidad y, posiblemente, una mejor tasa de fusión.
Discectomía cervical posterior: Este procedimiento es similar a la discectomía lumbar por vía posterior (desde la espalda) y puede ser una estrategia razonable para los casos en los que los discos que sobresalen lateralmente en el agujero intervertebral (el "túnel" a través del cual el nervio viaja para salir del canal espinal). Sin embargo, es técnicamente más difícil que la estrategia anterior, porque hay muchas venas en este área que pueden causar una gran cantidad de sangrado, y el sangrado limita la visualización durante la cirugía. Este procedimiento también requiere de una mayor manipulación de la médula.

Como con cualquier operación, someterse a una cirugía de columna cervical implica ciertos riesgos, si bien la cirugía de columna vertebral para una hernia discal cervical suele ser una solución confiable. La tasa de éxito es de cerca de un 95 a 98% en términos de brindar alivio al dolor de brazos. Con un cirujano especializado en columna vertebral, la cirugía debería implicar un riesgo bajo de fallo o de complicación, y puede realizarse con una cantidad mínima de dolor posoperatorio y morbilidad (consecuencias no deseadas).
La disfagia es la complicación más frecuente, inherente al procedimiento y en la mayoría de los casos puede ser resuelta sin ningún tipo de tratamiento.
Ni la edad ni el género son un factor de riesgo, ninguno de ellos predetermina la presencia de complicaciones futuras.

A continuación se muestra una lista de las complicaciones más frecuentes y el porcentaje en el que pueden ocurrir.

  •  Disfagia (dificultad para tragar): 7,7%
  • Mortalidad: 0-1,1%
  •  Hematoma postoperatorio en el lugar de la cirugía: 1,3%
  • Nueva lesión de la médula espinal: 0,2-4%
  •   Empeoramiento de la lesión medular preexistente: 0,5-3,3%
  •  Déficit radicular transitorio: 1,2-19%
  •   Déficit radicular persistente: 0,4%
  •  Lesión de la carótida o de la arteria vertebral: <1%
  • Lesión del nervio recurrente: 0,2-4%. Permanente en el 1,55% de los casos. Los mecanismos por los cuales se produce esta complicación pueden ser debido a la presión o estiramiento. La lesión del nervio laríngeo recurrente puede causar ronquera o pérdida de la voz, fatiga de la voz.
Otras posibles complicaciones y sus porcentajes son los siguientes:
  •   Perforación del esófago: 0,25-1%
  •  Infección postoperatoria: 0,1-3%
  •   Discitis: 0,2-1,9%
  •   Meningitis: muy raro
  •   Neumotórax: muy raro
  •   Absceso epidural: 0,5-2%



A partir del momento en el que el cirujano da el alta, es necesario adoptar las mismas medidas de prevención de quienes nunca han sido operados. Algunas de estas medidas resultan especialmente importantes como son hacer ejercicio, mantenerse físicamente activo, cumplir las normas de higiene postural, adoptar una actitud mental sana y seguir los consejos de salud generales.

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